lunes, 27 de mayo de 2013

MATRIX: LA PELICULA MAS INFLUYENTE DE LA HISTORIA

Fue en ese mítico año 1999 cuando se estrenó la película “Mátrix”, escrita y dirigida por los hermanos -judíos- Wachowski, a partir de un cómic del mismo nombre. Estamos a punto de entrar en el siglo XXI, y las novedades se agolpan en la mente de la humanidad que va a vivir ese trascendental momento: no sólo estamos a punto del lanzamiento del euro, en ese mismo año dos tecnologías hasta ese momento al alcance sólo de una élite se ponen a disposición del gran público; la telefonía móvil e Internet.
En ese mismo año 1999 en el que parece que nuestra realidad se iba a transformar radicalmente (y de hecho, lo hizo) mientras un fantasma llamado “Al Qaeda” comenzaba a publicitarse, se estrena la película más influyente de la historia porque, entre otras muchas cosas, impulsó toda una revolución de la información, basada en contrastar la verdad oficial, en buscar la Verdad a través del nuevo medio “Internet”. Esta película fue, sin duda alguna, la gran inspiración para todos esos investigadores, como yo mismo y, de hecho, el tema final de la película fue la banda sonora de un montón de vídeos de esta corriente hace ya algunos años.
Pero es preciso detenerse con detalle a analizar esta película porque, sabiendo que los grandes estudios cinematográficos han estado dirigidos por la misma élite que esclaviza a la Humanidad, alguna trampa ha de tener…
La película sigue los pasos de un informático (o, para algunos, un broker) interpretado por Keanu Reeves, que lleva el nombre de “novedad” (Neo); una persona que se salta los códigos de seguridad, un hacker, el mismo personaje que ya había interpretado el propio Reeves en Johnny Nemonic. Tenemos pues a otro superhéroe más con una doble vida: informático de día, hacker de noche, con la particularidad de que lleva el mismo apellido que el actor que interpretó a Supermán (Reeves), aunque parece que no son familia. ¡Casualidad!
La trama se desecandena un día en que en su empresa limitan su libertad de expresión y, por la noche, un hacker entra en su ordenador y le deja el siguiente mensaje: “Despierta, Neo. Mátrix te posee”.
Acto seguido, siente cómo le colocan un chip que se transforma en un insecto electrónico y bien podría asimilarse a un programa MK Ultra de control mental… pero ¿positivo? Como en tantas películas que hemos visto, Neo despierta y no sabe si lo ha soñado o no.

Por el camino, una investigación sobre Neo nos muestra que la fecha de caducidad de su pasaporte es ¡el 11 de septiembre del 2001!
Suena el teléfono y le dicen que “él es el elegido”, y de repente se encuentra en el País de las Maravillas con Morfeo y Trinity, que componen la trinidad, “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. El “padre” es el negro Morfeo (Lawrence Fishburne), cuyo nombre no ha sido elegido al azar puesto que es nada menos que el dios de los sueños: “¡fulminado por Zeus por revelar secretos mortales a los humanos!” Trinity (la trinidad) es el Espíritu Santo de la tradición cristiana, que algunos relacionan con el aspecto femenino de Dios y, de hecho, aquí es una mujer, interpretada por la judía Carrie Anne Moss.
El Hijo, Jesucristo, es evidentemente Neo, quien recibe en el minuto 26 la explicación a todos los males del Planeta Tierra en un mensaje que conectó con todos nosotros, los amantes de la libertad: “Matrix es el mundo que te ponen delante de tus ojos para que no veas la verdad: y la verdad es que eres un esclavo. Como el resto de la humanidad, naces en cautividad, en una cárcel que no puedes oler, probar ni tocar. Una cárcel para tu mente. Nadie te lo puede explicar: tienes que verla por ti mismo”.
Acto seguido, Morfeo, el dios de los sueños, que ha metido a Neo en el túnel del conejo, en una clara referencia a Alicia en el País de las Maravillas, le ofrece tomarse la pastilla azul o la roja:
-”Si eliges la pastilla azul, despertarás y podrás pensar lo que quieras.
-Si eliges tomarte la pastilla roja, te llevaré a la madriguera y te enseñaré todo lo profunda que es”.
Adopta pues, Morfeo, el aspecto de un gurú que le va a mostrar al elegido el camino de la verdad, pero hay que recalcar que ese camino será mediante el uso de elementos MK Ultra, como la pastilla (psicodélica) y toda esta programación ligada a conceptos del Programa Monarca, como la referencia a Alicia en el país de las maravillas.
Por si quedara alguna duda, vemos como Neo es sometido a un durísimo programa de “renacimiento”, después de raparle la cabeza, drogarle con una inyección y conectarle unos cables soportados por ventosas, a partir de lo cual se desencadenan unos procesos de “fibrilación” en los que, se supone, se le han inyectado capacidades sobrehumanas, convirtiéndole en una especie de Cyborg. Dado que el durísimo proceso acaba con una especie de bautismo, podemos deducir que se ha reconfigurado su ADN, aunque de lo que no hay duda es de que le han colocado un chip GPS para “poder tenerlo localizado en todo momento”, como se dice abiertamente.
Neo despierta con agujas a la manera de la acupuntura y entonces es cuando le dan la “bienvenida al mundo real”. En lugar de 1999, está en el 2199. Es decir, que se ha convertido en un viajero del tiempo.
A partir de ahí, todas las inmersiones en el presente (de 1999) se producirán desde unas tumbonas (recordad la famosa silla de Roswell) conectadas a unos ordenadores, desde donde, se supone, los teletransportan a ese pasado, mientras que los regresos al futuro se producirán gracias a llamadas de teléfono, que permiten que les localicen mediante el GPS, y les puedan traer de vuelta. La pregunta que te queda es: si los cuerpos quedan en el año 2199, ¿qué es lo que viaja? Se supone que se viaja en el plano astral, su “Yo del futuro” se conecta con el del presente, algo muy parecido a lo que veremos en el año 2011 con las imprescindibles películas “Origen” y “Avatar”, que guardan ambas muchísimas similitudes con Mátrix, entre otras cosas, desde el título, que es una sola palabra.
Para complicar todavía más el asunto, la persona encargada de la parte más técnica es el traidor “Cypher”, un juego de palabras entre un código de “cifrado” y al mismo tiempo una clara referencia a Lu-cifer, es decir, que todo ocurre dentro del programa que ha creado este maléfico ser. De esta manera, entramos en un círculo curiosísimo, puesto que lo que consideran real es un sueño, en realidad, y el sueño es la realidad, pero la realidad es más falsa que el sueño…
El profeta Morfeo pasa a explicarle a Neo la génesis de su rebelión, que es calcada a lo que ocurrió a principios del siglo XXI. Y hay que recordar que estamos en el año 1999, todavía no se había conseguido oficialmente la clonación y, de hecho, el Proyecto Genoma anunció el mapa genético humano al año siguiente: “en el siglo XXI la humanidad creó la inteligencia artificial, con lo que daba vida a una raza de máquinas que se movían mediante energía solar”…. “La Humanidad siempre ha dependido de las máquinas para sobrevivir”… Y luego viene una explicación sobrecogedora.
“Las máquinas encontraron la energía para sobrevivir”: acto seguido se muestra cómo esos horribles mecanismos toman fetos. Es decir, está refiriéndose a los demonios como “máquinas” que, o bien se meten en los cuerpos humanos, o bien toman su energía de los fetos abortados. “Hay campos en los que la humanidad ya no nace sino que se cultivan”: una clara referencia a las técnicas de fecundación in vitro que en los años posteriores se iban a poner de moda, y que sugiere que los bebés creados de esta manera están habitados por demonios.
Después de explicar que el ser humano contiene más electricidad que una gran batería, realiza una identificación entre la mátrix, el control y el mundo de las máquinas, explicando que “el objetivo de la Mátrix es transformar al ser humano en un plan de electricidad”; es decir, que los demonios se alimentan de nuestra energía, de nuestras emociones.
Es en estas coordenadas cuando Morfeo recuerda que el Oráculo profetizó la llegada del “Elegido”, es decir, el Mesías, para liberar a la Humanidad, y conseguir la paz.
Pero la cosa se vuelve a complicar cuando nos cuentan el nombre del Bien: “los humanos son hijos de Sión: Sión es la última ciudad humana”. ¡Acabáramos! Aquí está la prueba de que los judíos no dejaron pasar esta película de casualidad, puesto que le colocan al Bien el nombre de su conspiración: ¡por algo los directores (Wachowski) son judíos, al igual que la actriz principal (Carrie Ann Moss), lo mismo que había sucedido en las dos entregas de La Guerra de las Galaxias (Carrie Fisher y Natalie Portman), dando a entender que es a través del judaísmo, es decir, del vientre judío, como se puede salvar la humanidad.
Todavía más lioso es el lugar donde se encuentra la nave Sión (“un lugar muy profundo, donde hace mucho calor”): ¿el infierno?
Neo se sienta en una silla y le insertan una serie de programas, en este caso de artes marciales, algo muy parecido a lo que le sucedía a Arnold Scharwzenegger en Desafío Total, con lo cual, se están contradiciendo completamente: ¿no decían que luchaban contra las máquinas? ¡Están convirtiendo a Neo en una máquina, en un híbrido! A través de un programa de simulación artificial parecido al de los pilotos de avión le programan con superpoderes. Y los prueban siguiendo a Morfeo, pero en el segundo rascacielos al que intenta saltar, cae al vacío. “Siempre se falla la primera vez”, dice.
Mientras suena una atractiva música trance, el programador de estos software de simulación le expone al “programa de la lujuria”, simbolizado en una mujer con vestido rojo que se le cruza por la calle y hace girar la vista a Neo. Es curioso, porque a uno de los directores de la película posteriormente le colocarían una actriz de porno sadomaso que lograría hacer ¡que se cambiara de sexo! ¡Larry Wachowski estaba contando lo que más tarde le sucedería a él mismo!!
Morfeo le cuenta a Neo que su valor reside en que es capaz de saltarse las normas, cosa que no pueden hacer los algoritmos, ahí reside su capacidad para desafiar a las máquinas.
Cypher (Lucifer) le ofrece un trago y le pregunta, directamente, si ha venido a salvar el mundo.
Acto seguido se ve al propio Lucifer, en el mundo “real”, conversando con un tal ¡MR REAGAN! (Como el actor-agente que llegó a presidente de Estados Unidos), que le ofrece lo que quiera a cambio de los códigos de acceso a Zion. “Quiero ser famoso, actor, por ejemplo”, es la respuesta de Lucifer sobre el pacto para vender su alma al diablo. Repito, el demonio que vende su alma al diablo ¡elige ser actor, para conseguir la fama!

Pero todavía más interesante (y más lioso todavía) es que la clave de todo está en conocer los códigos de acceso a Sión. ¿Cuáles son los códigos de acceso a Sión? Evidentemente, el programa que manipula la bolsa, que vimos el otro día, con el que los judíos pueden apostar sobre seguro en el mercado de valores, comodities y demás. La vuelta de tuerca de la película está en que ¡los buenos guardan los códigos de Sión! ¡Enrevesado, verdad?
Tecnológicamente hablando, toda la trama gira, como hemos visto, a Internet y la telefonía móvil, pues tanto la información que les va a dar la salida a esos portales temporales como los códigos para desentrañarlos residen en estas dos tecnologías. De hecho, mientras que Cypher usa teléfono móvil, Neo tiene que ir a la cabina cada vez que quiere recibir la llamada salvadora, con lo cual, tu inconsciente se queda diciendo: “¿por qué no se habrá comprado Neo teléfono móvil? ¡así se salvaría más fácilmente!” [NO HACE FALTA QUE OS EXPLIQUE MEJOR LA JUGADA, ¿VERDAD? Estamos en 1999, recuerda...].

En el lado positivo, está claro que gracias a esta película impulsaron a los hackers a hacer uso de ellas para liberar los códigos de Zion, pero en el lado negativo es evidente que las campañas para la creación de la burbuja de Internet y el extendidísimo y repentino uso de la telefonía móvil vinieron de este publirreportaje de la telefonía llamado “Mátrix”. Así mismo, nos cuentan cómo el teléfono móvil es también un localizador, como posteriormente nos hemos enterado. El Gran hermano te vigila.
El siguiente paso es que Neo vaya a ver a la oráculo, que resulta ser una abuela que tiene en su casa a otros jóvenes aspirantes al trono del mesías, todos ellos con superpoderes. Si te fijas bien, verás que en la tele de la sala donde juegan los niños índigo se están emitiendo imágenes de conejos, subliminal referencia a Alicia en el país de las maravillas, nuevamente. La Bruja está cocinando unas galletas cuando entra Neo, al que avisa, por un lado, de que tendrá que elegir entre salvar su vida o la de Morfeo y por otro, viéndole con miedo a reconocer su amor por Trinity… le dice que “El no es el Elegido”.
-Ser el elegido es como estar enamorado, nadie te lo puede decir. Tienes que sentirlo- le dice.
A Neo le ocurre un dejávu (precognición) antes de que Trinity esté a punto de declararle su amor. Y la respuesta es esta enigmática frase: “El dejá vu es un error de la Mátrix, cuando cambian algo”. (??).
Los cambios entre la realidad virtual (sus “avatares” de superhéroes) y la nave de Zión de la que vienen son constantes, unos viajes que les envían a las cañerías del sistema, por donde desarrollan esta auténtica batalla mental. El mecanismo como opera es casi calcado al que veremos doce años después en Avatar… de alguna manera es una posesión espiritual a través de esos portales temporales.
En un momento dado, todo está a punto de irse a la mierda, pero ocurre un milagro cuando les van a atrapar, lo que prueba que Neo es el elegido.
Cuando Morfeo es detenido, nos encontramos con el triunvirato de demonios (Mr Smith) que explican la filosofía de estos seres diabólicos que son capaces de meterse en los cuerpos de los humanos. Y lo que dicen es calcado a lo que le oímos hace un tiempo al Príncipe Felipe de Edimburgo, gran maestre de la masonería mundial. “Pensamos por vosotros. Los humanos son una plaga, son como un virus, por eso creamos la Mátrix”.
Lucifer, el falso conspiranoico infiltrado, traiciona a sus compañeros, y gracias a su deslealtad varios de sus amigos mueren debido a sus traiciones. [¿Os suena de algo?].
Nueva trampa más: los malos quieren acabar con Sión y así liberarse: Sión se identifica con el cielo. Los humanos disparan balas a tutiplén y van vestidos de negro.
Los estupendos efectos especiales, unidos a la música y la propia estética de la vestimenta contribuyeron a que Mátrix se convirtiera en un referente estético, lo que evidentemente, contribuyó a su éxito: ¿a cuánta gente habéis visto vestirse como en esta película? Mucha, ¿verdad?
Una espectacular escena de persecución con un helicóptero termina con el aparato estrellándose contra un rascacielos y generando un gran fuego, algo tremendamente parecido a lo que veríamos en el filme “Atentado en las Torres Gemelas de Nueva York”, estrenado en directo el 11 Septiembre del 2001 en todos los telenoticias del mundo.
La sensación que transmite la película es que los ETs se integran entre nosotros para que la humanidad despierte.
Antes de que consigan escapar, Trinity está a punto de declarar a Neo su amor pero, como siempre pasa en las películas para alcanzar el clímax, no puede; “algo se lo impide”. Entonces es cuando Neo se enfrenta con el Demonio, que le encuentra en la habitación 303 (es decir, “6”) y éste le derrota, a pesar de todas las capacidades que ha demostrado previamente. [“Nunca suelen lograrlo a la primera”, recuerda].
Al morir en el sueño como superhéroe, Neo también muere en Zión, pero entonces es cuando sucede el verdadero milagro, pues el beso de Trinity hace revivir al héroe que, ahora sí, se convierte en Dios.

La explicación no puede ser más bella y, claro está, es una de las razones del éxito de la película: el amor de la mujer hace al héroe invencible, y lo resucita, lo que nos lleva al tema de María Magdalena con Jesucristo, y aún más atrás, a los cuentos de hadas como el de La Bella Durmiente… pero con los papeles cambiados. (Estamos ya en la era de la ideología de género, no lo olvides).
Cuando vuelve en sí después de todo este sueño, Neo ya no tiene miedo, y domina al Demonio con una facilidad casi de risa, hasta que pega un salto… se mete dentro de él… ¡Y lo estalla por dentro! Esta escena puede dar lugar a muchísimas interpretaciones y no seré yo el que te prive de proponer la tuya: en ella está codificada la victoria sobre el Mal.
Las últimas palabras que Neo pronuncia al teléfono, para su otro “yo” en la cabina del mundo real mientras aparece el mensaje “Error del sistema” son: “Sé que estás ahí. Sé que tienes miedo de cambiar. No conozco el futuro. No vengo a decirte cómo va a terminar esto. Vengo a decir cómo va a comenzar. Voy a colgar, y luego contare a esta gente lo que no queréis que vean. Les mostraré un mundo sin vosotros [los malos]. Un mundo sin reglas, ni controles, sin fronteras ni límites. Un mundo donde todo es posible. Lo que ocurra después, es cosa tuya”.
Neo ha despertado a la Humanidad. Ahora va por la calle como una persona normal… pero que sabe la verdad. Acto seguido, echa a volar.

Meses después, llegaría el 11-S y, al tiempo, los “Neos” del Planeta empezaríamos a despertar y descifrar los códigos de la Mátrix… y de Sión.

Fuente: Rafapal Mentes Galacticas

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