Mientras que la comida rápida ya está acusada de favorecer la aparición de muchos problemas de salud, un estudio publicado el pasado lunes en la revista Thorax, del British Medical Journal (BMJ) ha revelado un nuevo problema relacionado con el consumo de comida rápida. Realizado con 319.000 adolescentes de entre 13 y 14 años y 181.000 niños de 6 a 7 años, demuestra que consumir más de 3 veces por semana alimentos de comida rápida expone a estos niños al desarrollo de alergias severas.
El Estudio Internacional sobra Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC) se inició en 1991 y en él participan un centenar de países. De los datos se deduce que la comida rápida es el único tipo de alimento asociado a un empeoramiento de los síntomas respiratorios en los dos grupos de niños cualquiera que sea el país, el nivel social o el género. Así, tres o más almuerzos o cenas a base de comida rápida a la semana aumenta el riesgo de asma grave en un 39% entre los adolescentes y un 27% entre los niños de 6 a 7 años. El riesgo de tener rinitis alérgica o eccema grave también se incrementaría.
En paralelo, el estudio pone de manifiesto el efecto protector que parece dar comer fruta por lo menos tres veces a la semana. Según los resultados, se observa que una dieta en la que aparecen verduras y vegetales reduce la severidad de los síntomas en un 11% entre los adolescentes y un 14% en los niños. Los investigadores señalan, sin embargo, que no hay una relación de causa y efecto entre la comida rápida y el riesgo de desarrollar asma, pero sí una asociación estadística que debe ser objeto de futuros trabajos.
“Si esta asociación [...] se demostró, tendría una gran importancia en términos de salud pública, sobre todo porque el consumo de comida rápida sigue creciendo a nivel mundial“, han concluido los investigadores.
El Estudio Internacional sobra Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC) se inició en 1991 y en él participan un centenar de países. De los datos se deduce que la comida rápida es el único tipo de alimento asociado a un empeoramiento de los síntomas respiratorios en los dos grupos de niños cualquiera que sea el país, el nivel social o el género. Así, tres o más almuerzos o cenas a base de comida rápida a la semana aumenta el riesgo de asma grave en un 39% entre los adolescentes y un 27% entre los niños de 6 a 7 años. El riesgo de tener rinitis alérgica o eccema grave también se incrementaría.
En paralelo, el estudio pone de manifiesto el efecto protector que parece dar comer fruta por lo menos tres veces a la semana. Según los resultados, se observa que una dieta en la que aparecen verduras y vegetales reduce la severidad de los síntomas en un 11% entre los adolescentes y un 14% en los niños. Los investigadores señalan, sin embargo, que no hay una relación de causa y efecto entre la comida rápida y el riesgo de desarrollar asma, pero sí una asociación estadística que debe ser objeto de futuros trabajos.
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