Una mujer hindú esclavizada en el Reino
Unido fue completamente ignorada cuando pidió ayuda a la Policía. Cuando
por fin logró llamar la atención de las autoridades, el intérprete que
le otorgaron en el interrogatorio era uno de sus ‘amos’.
Después de la conversación en una comisaría de policía de un condado de Hertfordshire (Londres, Reino Unido), la mujer fue
devuelta a su ‘dueño’, que la atacó con un cuchillo y amenazó con
enterrarla en el jardín trasero de su casa de lujo por haber ensuciado
con sus mentiras el apellido de la familia.
En el caso del maltrato de la mujer de 40 años de edad están
involucradas tres personas: una óptica adinerada, un carnicero y una
secretaria. Todos los acusados fueron condenados por infringir abusos a
la mujer que se extendieron por más de tres años. Durante este tiempo la
mantenían como una prisionera esclava con el pasaporte confiscado.
La terrible experiencia de la mujer terminó después de que los miembros de la Organización de Caridad y defensa de los Derechos Humanos Liberty, que intenta mejorar las condiciones de vida de los trabajadores inmigrantes, se encargaran de este caso.
La mujer, cuya identidad se mantiene en el anonimato por razones legales, llegó de la India al Reino Unido en el año 2005 en busca de una vida mejor. Pero cuando pensó que había encontrado ayuda, recibió algo muy distinto: fue amenazada y utilizada por sus empleadores, que además le retiraron el pasaporte, no recibió atención alguna por parte de las autoridades.
Los resultados de la investigación de la Policía indican que los participantes del caso son miembros de familias diferentes pero algunos críticos aseguran que los incidentes están conectados entre sí.
A causa de una de las primeras agresiones, la víctima tuvo que ser atendida en un hospital por los cortes recibidos en una pierna después de que su empleadora, Shamina Yousuf, de 33 años, le lanzara un vaso. La mujer decidió huir después de más de dos años de humillaciones, pero tuvo que volver a trabajar para los parientes de sus primeros explotadores para tratar de recuperar su pasaporte. Durante ese periodo, fue violada varias veces por el padre de la familia, el carnicero Enkarta Balapovi.
Finalmente se trasladó a la casa de una conocida de la familia Yousuf, Shashi Obhrai, y de su marido Balram, donde fue obligada a trabajar siete días a la semana, 17 horas al día, cocinando y limpiando para los ocho miembros de la familia.
La mujer pudo huir posteriormente y su caso fue entregado a Scotland Yard que puso a sus agresores a disposición de la justicia.
“Este juicio podría no haberse celebrado si no le hubiéramos recordado a la Policía la obligación que tiene ante las víctimas según la ley de los Derechos Humanos”, declaró la asesora jurídica de Liberty, Corinna Ferguson.
La terrible experiencia de la mujer terminó después de que los miembros de la Organización de Caridad y defensa de los Derechos Humanos Liberty, que intenta mejorar las condiciones de vida de los trabajadores inmigrantes, se encargaran de este caso.
La mujer, cuya identidad se mantiene en el anonimato por razones legales, llegó de la India al Reino Unido en el año 2005 en busca de una vida mejor. Pero cuando pensó que había encontrado ayuda, recibió algo muy distinto: fue amenazada y utilizada por sus empleadores, que además le retiraron el pasaporte, no recibió atención alguna por parte de las autoridades.
Los resultados de la investigación de la Policía indican que los participantes del caso son miembros de familias diferentes pero algunos críticos aseguran que los incidentes están conectados entre sí.
A causa de una de las primeras agresiones, la víctima tuvo que ser atendida en un hospital por los cortes recibidos en una pierna después de que su empleadora, Shamina Yousuf, de 33 años, le lanzara un vaso. La mujer decidió huir después de más de dos años de humillaciones, pero tuvo que volver a trabajar para los parientes de sus primeros explotadores para tratar de recuperar su pasaporte. Durante ese periodo, fue violada varias veces por el padre de la familia, el carnicero Enkarta Balapovi.
Finalmente se trasladó a la casa de una conocida de la familia Yousuf, Shashi Obhrai, y de su marido Balram, donde fue obligada a trabajar siete días a la semana, 17 horas al día, cocinando y limpiando para los ocho miembros de la familia.
La mujer pudo huir posteriormente y su caso fue entregado a Scotland Yard que puso a sus agresores a disposición de la justicia.
“Este juicio podría no haberse celebrado si no le hubiéramos recordado a la Policía la obligación que tiene ante las víctimas según la ley de los Derechos Humanos”, declaró la asesora jurídica de Liberty, Corinna Ferguson.
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