La muerte de Francisco J. Lema Bretón no fue un suicidio, fue un asesinato de estado
Fuente: maestroviejo
Ni un misero pronunciamiento oficial, ni un escueto comunicado del gobierno español, sobre el nuevo suicidio por desahucio en Córdoba el viernes 9 de febrero, esta vez de Francisco, un joven de 36 años, casado y con una hija.
El Partido Popular pretende tapar un genocidio evidente generado por sus políticas de recortes sociales.
Las imágenes de este chico con todo un futuro por delante en un documental, meses antes de lanzarse desde un cuarto piso, han recorrido el mundo, allí se le veía con su niña, su padre, su compañera, desesperado por la presión que sufría desde la banca pandillera, desde una judicatura entregada al juego de la muerte, que está generando solo en el estado español una media de 15 a 20 suicidios diarios por razones económicas.
Un dato estadístico que asombra, pero que está evidentemente manipulado, ya que son muchas personas más las que deciden quitarse la vida, que los medios de comunicación y el propio gobierno ocultan para que no se sepa lo que realmente está pasando, como millones de seres atrapados en la tela de araña del miedo y el chantaje, deciden tirarse al vacío, envenenarse con un tarro de pastillas, cortarse las venas o quemarse a lo bonzo.
Francisco, nos contaba en este documental como había intentado meses antes cortarse el cuello delante de la sede del Banco de Badajoz. Este humilde obrero con cara de buena gente, decía que se arrepentía de ese intento de suicidio, que quería demasiado a su niña, a su mujer, a toda su familia, para dejarles ese lastre de conciencia, esa tristeza de por vida.
Pero Francisco siguió agobiado, recibiendo frías notificaciones de Hacienda, cartas amenazantes de esta entidad bancaria, hasta que en medio de esa vorágine de presiones no pudo más y la desesperación lo llevó quitarse la vida lanzándose al vacío.
Este nuevo y alevoso crimen de estado, se suma a las cientos de miles de víctimas inducidas por un régimen depredador y sin sentimientos, que condena a millones de personas a la miseria y el hambre, a no tener más salida que la muerte para escapar de la desesperación y las presiones de la usura, de una casta político-empresarial que son conscientes de lo que hacen, que se alegran de que nos matemos.
“Uno menos”, dirán en sus lujosas cenas del confeti, el vino gratis y los regalos caros entregados por empresas mafiosas. La idea es que perdamos nuestra esperanza, la resistencia, que nos entreguemos sumisos a su juego siniestro, con el objetivo de vencernos, que nos dejemos llevar por el caudal sanguinario de sus actitudes criminales y abusos generalizados de poder.
La inmolación de Francisco, resiente, al ser uno de sus miembros, la columna vertebral de un movimiento ciudadano ejemplar. Stop Desahucios ya sabe bien quienes son la gentuza responsable de estas defunciones, les vieron sus babosas caras de hipócritas, sus medias sonrisas, sus trajes caros, sufriendo en su intervención en el Congreso de los Diputados esta semana la censura y el ataque de esta casta parasitaria, una banda organizada que vive del cuento de la política.
Hasta el propio PSOE, supuesta oposición al gobierno de la caverna, se ha manifestado en contra de la dación en pago y no apoyará la Iniciativa Legislativa Popular con más de un millón de firmas, convirtiéndose en los perfectos cómplices del expolio y el reparto de poder, en un bipartidismo sin alternativas que arrastra a todo un pueblo al caos y la barbarie.
Podrá parecer fuerte lo que digo en este artículo, pero la muerte de Francisco considero que es un asesinato en toda regla, que este hombre joven no merecía que lo acosaran de esa forma, que lo amargaran a pesar de que entregó la casa que había construido con sus propias manos a este banco.
No se entiende que estos sinvergüenzas millonarios, no tuvieran bastante con su propiedad con la que podrán especular, sino que le exigieran 20.000 euros más, un dinero que este compañero caido jamás hubiera podido recaudar, estando en el desempleo y con una grave lesión laboral en su pierna.
No me sorprende, aunque no deje de alucinarme, que quienes hasta hace poco se movilizaban en las puertas de sus instituciones y empresas contra el terrorismo de ETA, ahora no les quede dignidad para votar a favor de la justa propuesta de Dación en Pago.
Esta actitud de verdad terrorista y de lesa humanidad, al provocar la muerte por suicidio de infinidad de personas desesperadas, contrasta con sus extemporáneos llamamientos hace pocos años, a la concordia, a la paz, a la no violencia, cuando esta organización armada cometía sus atentados.
La vara de medir no parece ser la misma. Su vergonzosa hipocresía sonroja a una empobrecida ciudadanía ya sin límites para medir la inmensa pestilencia que generan sus gobernantes, que flipa en colores viendo como estos sobrecogidos líderes de la mierda viven a cuerpo de rey, pidiéndonos que trabajemos más por mucho menos dinero, mientras ellos malgastan, despilfarran y se hacen con miles de millones de dinero manchado de explotación y sangre obrera.
El corazón de Francisco se olvidó de latir y trasmitir esperanza, ahora vive para siempre en nuestro recuerdo, sus seres queridos y la gente que lo conoció más de cerca estoy seguro que jamás lo olvidarán.
El como otros y otras que tomaron esta importante decisión nos alimentan el fragor de nuestra lucha, entregándonos sin pedirnos nada su vida malgastada, para que no paremos hasta lograr la verdadera justicia, la autentica democracia que de verdad esté al servicio del conjunto del pueblo y no de unos pocos corruptos, responsables y culpables directos de la muerte de quienes se ven forzados, forzadas a escapar de sus vidas y de las presiones criminales.
Francisco González Tejera / Viajando entre la Tormenta
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