Si bien las historias y los titulares acerca de evitar los peligros de una "guerra de divisas" internacional han dominado la cobertura de noticias sobre la reunión del G-20 celebrada recientemente en Moscú, la historia de verdad no declarada es que la reunión mundial de banqueros centrales y ministros de finanzas sigue adelante con su plan para hacer un gigante del Fondo Monetario Internacional. El objetivo final es transformar al FMI en una Reserva Federal mundial, con la capacidad de inundar el mundo con enormes nuevos volúmenes de préstamos y divisas. También ejercería vastos poderes reguladores financieros.
La unidad o moneda del FMI, conocida como Derecho Especial de Giro (DEG), se está preparando para su posible aprobación como el reemplazo para el dólar de EE.UU. en las transacciones internacionales, para abrir el camino hacia la adopción eventual de los DEG o alguna otra unidad designada como moneda mundial, en gran parte de la misma manera en la que el euro fue impuesto sobre el pueblo de Europa en sustitución de sus monedas nacionales.
Los medios de comunicación parecen decididos a mantener al público fijado en la última travesuras de Kardashian, Sportsmania, y en las luchas de la política demócrata-republicana, mientras que la cobertura de las confabulaciones del G-20, el G-7 y el FMI, que están determinando el destino económico del mundo, reciben muy poca atención. Y la escasa presentación de informes sobre estos eventos que aparecen, por lo general ascienden a poco más que la regurgitación de los puntos pre-escritos de los discursos de los conferenciantes del evento. En los últimos cuatro años, New American ha publicado numerosos artículos que detallan los planes radicales actualmente en curso para la destrucción total del dólar y los planes para hacer un gigante del FMI y convertirlo en un banco central mundial.
La unidad o moneda del FMI, conocida como Derecho Especial de Giro (DEG), se está preparando para su posible aprobación como el reemplazo para el dólar de EE.UU. en las transacciones internacionales, para abrir el camino hacia la adopción eventual de los DEG o alguna otra unidad designada como moneda mundial, en gran parte de la misma manera en la que el euro fue impuesto sobre el pueblo de Europa en sustitución de sus monedas nacionales.
Los medios de comunicación parecen decididos a mantener al público fijado en la última travesuras de Kardashian, Sportsmania, y en las luchas de la política demócrata-republicana, mientras que la cobertura de las confabulaciones del G-20, el G-7 y el FMI, que están determinando el destino económico del mundo, reciben muy poca atención. Y la escasa presentación de informes sobre estos eventos que aparecen, por lo general ascienden a poco más que la regurgitación de los puntos pre-escritos de los discursos de los conferenciantes del evento. En los últimos cuatro años, New American ha publicado numerosos artículos que detallan los planes radicales actualmente en curso para la destrucción total del dólar y los planes para hacer un gigante del FMI y convertirlo en un banco central mundial.
Fuente: Blog La Proxima Guerra
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