FUENTE: maestroviejo
Los
líderes de 11 tribus indígenas en Estados Unidos han abandonado una
reunión con funcionarios en protesta contra el proyecto del oleoducto
Keystone XL, al que tacharon de “genocidio medioambiental”.
Se trata de una línea de 1.900 km que debe vincular los depósitos de arena bituminosa en Canadá con refinerías en Texas.
El proyecto ha
tropezado con la oposición de los indígenas que temen posibles daños a
los lugares sagrados, la polución y la contaminación del agua, aunque el
oleoducto no atravesará directamente ninguna de las reservas indias.
Pero antes de que arrancaran las negociaciones, los líderes tribales salieron de la sala del Hilton Garden Inn, visiblemente molestos porque el Gobierno había enviado a representantes de bajo nivel.
En una rueda de prensa, los líderes criticaron tanto al proyecto como al Gobierno de Obama.
Casey Camp-Horinek, una anciana de la tribu Ponca de Oklahoma, comparó el proyecto con la colonización del continente que diezmó a su pueblo.
“Nos vemos víctimas de otra forma de genocidio, que es un genocidio medioambiental causado por las industrias mineras”, resaltó la anciana.
Además de los indígenas, Keystone XL provocó las protestas de los grupos ecologistas, que alertan sobre el costo medioambiental de la obra por la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que se desprenderían y por el peligro de fugas. A causa de esto se realizaron varias protestas masivas en los últimos dos años.
En una manifestación de protesta, que se realizó en Washington en febrero pasado, más de 40.000 personas demandaron que se desestimara el proyecto por la amenaza que representa para las futuras generaciones
Nos vemos víctimas de otra forma de genocidio, que es un genocidio medioambiental causado por las industrias mineras”En un esfuerzo para convencer a los indígenas, representantes del Departamento de Estado propusieron un encuentro con los líderes tribales este jueves en Rapid City, estado de Michigan.
Pero antes de que arrancaran las negociaciones, los líderes tribales salieron de la sala del Hilton Garden Inn, visiblemente molestos porque el Gobierno había enviado a representantes de bajo nivel.
En una rueda de prensa, los líderes criticaron tanto al proyecto como al Gobierno de Obama.
Casey Camp-Horinek, una anciana de la tribu Ponca de Oklahoma, comparó el proyecto con la colonización del continente que diezmó a su pueblo.
“Nos vemos víctimas de otra forma de genocidio, que es un genocidio medioambiental causado por las industrias mineras”, resaltó la anciana.
Además de los indígenas, Keystone XL provocó las protestas de los grupos ecologistas, que alertan sobre el costo medioambiental de la obra por la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que se desprenderían y por el peligro de fugas. A causa de esto se realizaron varias protestas masivas en los últimos dos años.
En una manifestación de protesta, que se realizó en Washington en febrero pasado, más de 40.000 personas demandaron que se desestimara el proyecto por la amenaza que representa para las futuras generaciones
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