Hoy en ufopolis vamos a
estudiar un interesante caso…quizá de viajeros en el tiempo, quizá de
extraterrestres ocurrido nada más y nada menos que en el siglo XVIII.
Tenemos que imaginar a un sencillo cortesano del París de ese tiempo
guardando en el archivo de la Academia de Ciencias de Francia un tesoro
en forma de legajo. Lo guarda con esmero porque guarda una información
rara que ha de perdurar. En ese legajo viene dibujada una escena que
revolucionó la sociedad de aquel París de luces y sombras, que fue
portada en los primigenios periódicos que ya comenzaban a aparecer en
aquella sociedad y que fue el tema principal de conversación durante
largo tiempo en las reuniones sociales de alto y bajo nivel.
Aquel papel antiguo se
quedó perdido y olvidado hasta que un investigador llamado Antonio
Fenoglio visitó el mencionado archivo en 1975 y se encontró con un
fantástico relato de un ser aparecido dentro de una esfera transparente
sobrevolando toda la ciudad. El propio Jacques Vallée, del que hemos
hablado en no pocas ocasiones aquí cita este incidente como uno de los
más interesantesretroufos de la historia, habida cuenta de que
su descripción coincide con varios avistamientos similares ocurridos en
el siglo XX. ¿Os apetece ver este nuevo caso?
Esta es la recreación original encontrada en el caso.
Era junio de 1790 en París. Calor,
carromatos, venta de fruta en la calle, nobles evitando a la plebe en
sus cuidados jardines. Y en este entorno, un singular protagonista, el
inspector de policía Liabeuf en la gendarmería sin dar crédito a las
órdenes de sus superiores. Tenía que ir desde París hasta Alençon, cerca
de Le Mans para hacer una investigación a fondo sobre lo que acababa de
ocurrir allí. Las habladurías corrían de boca en boca y desde luego el
incidente debió de ser importante. Las historias hablaban de un
perturbador ser acechando desde los cielos desde una bola transparente.
“Imposible, debe ser una broma”pensó Liabeuf, pero para allá tuvo que
ir.
Llegó a la Plaza Mayor de la localidad y
comenzó a preguntar aquí y allí, a todos los vecinos que pudiesen
haberlo visto. Algunos de ellos aseguraban haberlo visto nítidamente. O
todo el pueblo se había confabulado y se había vuelto loco de repente o
algo de verdad había ocurrido allí. Comentarios sin contradicciones. Una
esfera transparente. Un hombre en su interior. Miedo y perturbación.
Gritos en toda la localidad cuando aquello pasó. Cierta histeria.
Liabeuf no salía de su asombro. Apuntó todos los testimonios y elaboró
de camino a París un informe que presentó en la Gendarmería y en la
Academia de Ciencias y que es de lo más extraordinario que hemos podido
estudiar. El informe decía lo siguiente (textual):
“A las 5 de la mañana del 12 de junio de 1790, varios agricultores tomaron visión de un enorme cuerpo que parecía rodeado de llamas. Primero pensaron que podía ser un globo incendiado, pero laalta velocidad y
el sonido silbante procedente del cuerpo les dejó intrigados. Los
testigos hablaron de que el mundo de repente “se ralentizó” para ellos.
El objeto hizo algunos cambios y se desplazó hacia la parte superior de
una colina. Las plantas a su paso por la pendiente se desenterraban. El
calor emanado por aquello era tan intenso que pronto la hierba y un
pequeño árbol cercano comenzó a arder. Los campesinos de la zona
lograron controlar el fuego, que amenazaba con extenderse por todo el
lugar.
Por la noche, el
ambiente todavía era cálido y algo extraordinario sucedió. Los testigos
eran dos alcaldes, un médico y otras tres autoridades que confirman mi
informe, así como decenas de campesinos que estaban presentes. Esta bola
de fuego, que era lo suficientemente grande como para contener un
carro, seguía penosamente volando allí. Las gentes vinieron de todas
partes para verlo. Entonces, de repente, una especie de puerta se abrió y
lo interesante es que salió una persona, pero esta persona iba vestida
de un modo extraño, con un traje apretado. Viendo toda esa multitud que
allí esperaba, dijo algunas palabras incomprensibles y huyó hacia el
bosque. Instintivamente, los campesinos se retiraron con miedo,
guardando el paso. Poco después, la pelota estalló en silencio y comenzó
a lanzar piezas a todas partes, piezas que ardieron hasta que fueron
reducidas a polvo. La investigación posterior se centró en buscar el
paradero del misterioso hombre, pero éste pareció también haberse
disuelto.
El caso Galdar es similar en varios elementos al descrito en este incidente de Alençon de 1790.
Hasta aquí, el impresionante, por no
decir otro adjetivo mejor, testimonio de este policía que sonó de esta
forma (en francés) de la voz del Dr. Vallée cuando habló del enigma ovni
en la sede de las Naciones Unidas, como una prueba más del fenómeno a
lo largo de la historia de la humanidad.
Lo cierto es que a día de hoy se
desconoce el paradero del mencionado informe. El investigador que lo
descubrió, Fenoglio expuso que había desaparecido de los archivos a los
pocos días de haber confeccionado su artículo sobre el caso. Quizá a
alguien no le gustó que se indagara en estos retro-ufos. Quizá, de hecho
las similaridades (ralentización del tiempo, calor por posible
radiación, dificultades de vuelo, salida del humanoide e incluso
explosión del objeto) son demasiadas si las comparamos con los modernos
avistamientos, como el del caso Galdar, de Gran Canaria en 1976 o el de
Premios Franco en 1951, en Milán, con seres similares aparentemente
enfundados en un curioso mono muy pegado al cuerpo. Esto lo hemos visto
en centenares de casos, si no miles.
El caso de premios franco, Italia, 1951 también expuso a un humanoide con la ropa ceñida
Fenoglio parece haber sido la única
persona que ha visto el informe y según afirmo, según otras crónicas de
la época habría más referencias a este caso. Al parecer, podría haber
chocado aquel objeto directamente con el cielo, más que aterrizar, y
habría intentado salir volando en repetidas ocasiones. Lo más curioso es
que el gentío no se habría puesto en un solo lugar a contemplar aquel
espectáculo. Habría rodeado literalmente todo el perímetro de aquel
objeto con el deseo de que no se escapara, si se decidían a prenderlo.
Habría sido impresionante que lo hubieran intentado, pero las crónicas
observan que hacía demasiado calor para hacerlo. No era seguro. Todo el
pueblo habría ido para allá.
El mítico caso Galdar, similar al de
Alençon, vino acompañado además de varias de las imágenes más
impresionantes de la historia del fenómeno ovni.
El humanoide al parecer, no solo habría
realizado un intento de comunicación con el gentío, si no que además
habría hecho un gesto antes de huir. Muchos de los espectadores de tan
increíble incidente, le habrían tratado de seguir sin éxito a la
carrera, hasta que una extraña sensación de calor que emanó del objeto
poco menos que les hizo echarse cuerpo a tierra o retirarse. El objeto
“similar al cristal”, es decir, transparente, estalló y al parecer se
organizó una espectacular batida para cazar al intrigante sospechoso de
aspecto inaudito. Nadie consiguió ni seguir el rastro ni volver a verlo.
Para terminar de rematar todo este asombroso y clarísimo incidente de
Alençon, resulta que el bueno del inspector Liabeud habría sugerido en
su informe que aquel globo podría, (como lo oyen) “proceder de otro
mundo”. Un primigenio expediente X de 300 años. Y como todo buen
expediente X, su ración de censura porque las autoridades de París
habrían desestimado la teoría por ser una idea ridícula. A Fox Mulder, le pasaba igual…
¿Quién sería aquel extraño visitante?
Hasta aquí la gran historia del
humanoide, el posible ufo crash, el viajero en el tiempo, la esfera
transparente, la emoción del pueblo, y las escenas costumbristas. Un
suceso único en el mundo que nos devuelve a la época dorada de la
ufología de los años 70 con sus cientos de casos similares alrededor del
mundo y con su impresionante casuística siempre esperando a ser
rescatada en lugares, como ésta, vuestra web. Si os ha gustado, podéis
ver el caso de los humanoides con el casco de Daft Punk, que es muy
similar al narrado en este artículo.
Ufopolis.com 2015
http://www.ufopolis.com/2015/05/el-asombroso-suceso-de-alencon-de-1790/
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