sábado, 23 de mayo de 2015

ALGO ANOMALO ESTA SUCEDIENDO EN LA TIERRA

FUENTE: BIBLIOTECA PLEYADIANA
  
 
 
 
 
 
 

Desastres naturales

 
Un devastador terremoto de magnitud 7,9 sacudió el pasado sábado Nepal, dejando más de 6.000 muertos y unos ocho millones de afectados en todo el país.
 
El sismo causó numerosos daños materiales y afectó severamente un área de entre 1.600 a 3.200 kilómetros cuadrados, una zona que va desde Katmandú hasta Pokhara.
 
Además, el terremoto provocó que en pocos segundos una parte de la India se desplazara hasta tres metros hacia el norte por debajo de Nepal, según señaló Colin Stark, profesor asociado de Investigación en el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE.UU.).
 
El desastre natural activó alarmas en todo el mundo, y numerosos expertos reconocieron que muchas zonas de nuestro planeta potencialmente vulnerables no están preparadas para enfrentarse a este tipo de cataclismos (ver '¿Está preparada América Latina para un Terremoto Similar al de Nepal?').
     
Además, algunos científicos, como el profesor de Geofísica y Riesgos Climáticos Bill McGuire, advirtieron de una serie de "eventos geológicos extremos", como terremotos, volcanes y tsunamis equiparables al devastador terremoto de Nepal, que podrían estar por venir.
 
Junto a la desaparición del hielo y la elevación del nivel del mar, las inundaciones previstas para el siglo XXI son inevitables, aseveró McGuire, profesor del University College de Londres, citado por la revista 'Newsweek'.
"El cambio climático puede desempeñar un papel fundamental en la activación de ciertas fallas que podrían provocar la muerte de un gran número de personas".
 
Mientras tanto, incluso antes del terremoto en Nepal, los investigadores británicos alertaron de un 33% de probabilidades de una mega-erupción volcánica este siglo, que sería igual o incluso mayor que la tragedia de la erupción del volcán indonesio Tambora, que dejó 70.000 víctimas mortales e inspiró a Mary Shelley para escribir su famoso 'Frankenstein'.
 
 

Fenómenos inquietantes

 
Aparte de los desastres naturales, hay fenómenos y cataclismos menos notables, pero no menos inquietantes para los expertos de diferentes partes del mundo.
 
Así, los científicos estadounidenses están alarmados por una misteriosa masa de agua caliente detectada en el Pacífico que podría ser la causa de las condiciones meteorológicas anómalas registradas en EE.UU. en los últimos años, como la grave sequía que sufre el estado de California y los duros inviernos que han afectado el noreste del país.
 
De acuerdo con el estudio de los investigadores de la Universidad de Washington, se trata de una enorme masa de agua de unos 90 metros de profundidad (bautizada como 'la mancha') que se extiende unos 1.600 kilómetros a lo largo de la costa oeste del continente norteamericano, desde Alaska hasta México.
 
 
REUTERS/Mike Hutchings
 
 
Por su parte, la investigadora británica Lee Bryant, de la Universidad de Bath, alertó este mes de abril de las llamadas 'zonas muertas', que se extienden por el océano y amenazan a la fauna marina, y pueden derivar en un grave problema para la humanidad.
 
A esto hay que añadir los fenómenos climáticos extraños que cada vez son más frecuentes en nuestro planeta, como olas de calor, sequías o, por el contrario, las lluvias anómalas.
 
 

Los humanos, ¿culpables?

 
Erich Fischer y Reto Knutti, científicos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y el Clima en Zúrich, consideran que es la actividad humana lo que provoca el calentamiento global, que a su vez influye en la frecuencia cada vez mayor de fenómenos climáticos anómalos.
 
Por ejemplo, de acuerdo con los científicos, el aumento de la temperatura media del planeta, que tiene su origen en la revolución industrial del siglo XIX, provoca calor irregular en un 75% de los casos registrados y es responsable del 18% de precipitaciones superabundantes.
"Desde que empezó el calentamiento global, en el transcurso de 30 años las épocas de calor extremo han sido cuatro veces más frecuentes que anteriormente", explica Fischer.
Su opinión se suma a otras muchas voces que culpan a los seres humanos de los cataclismos ambientales.
 
Según Dominique Bourg, experto en la protección del clima, la gente, al cambiar el medioambiente cambia la vida de toda la humanidad.  
 
 
REUTERS/Eric Thayer
 
 
En comparación con el momento de inicio de la llamada 'revolución industrial', ahora el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado en un 40%.
 
Así,
"si volvemos decenas de millones de años atrás, veremos que durante ese período no se produjeron cambios de mucha importancia, así como desde la década de 1830 hasta la actualidad.
 
Está claro que si a lo largo de millones de años no hubo muchos cambios, y de repente hay un cambio brusco, eso significa que en la Tierra está sucediendo algo colosal", afirmó el experto francés durante una conferencia la semana pasada.
 
 

¿Estamos condenados?

 
Frente a todas estas amenazas, los científicos más pesimistas (o, tal vez, más realistas), advierten de que nos quedan cada vez menos posibilidades para salvar el planeta.
 
Esta semana, los científicos han vuelto a adelantar las agujas del simbólico 'reloj del fin del mundo', que marca cuánto tiempo queda hasta el Día del Juicio Final, a tres minutos antes de medianoche debido a las crecientes amenazas del cambio climático y la proliferación nuclear.
 
Este nuevo adelantamiento ha sido el segundo en los últimos tres años.
 
En el año 2012 las agujas fueron adelantadas un minuto (de las 23.54 a las 23.55), también debido al cambio climático.
"No estamos diciendo que sea tarde para actuar, pero hay que comprender que nos quedan cada vez menos posibilidades para tomar medidas", comentó Kennette Benedict, una de los representantes de la revista 'Bulletin of the Atomic Scientists', que creó el famoso reloj    
 
 
El destacado astrofísico británico Stephen Hawking aseguró que,
"la humanidad no sobrevivirá los siguientes 1.000 años si no abandona la Tierra y escapa al cosmos".
 
"Tenemos que seguir investigando el espacio para el futuro de la humanidad (…). No creo que vayamos a sobrevivir otros 1.000 si no escapamos de nuestro frágil planeta", aseveró el científico.
Mientras tanto, ya hay quienes alertan de que con sus acciones los humanos podrían ser capaces de destruir no solo la Tierra, sino todo el Sistema Solar.

 

"En la Tierra Está Sucediendo Algo Colosal"25 Abril 2015
del Sitio Web
RT
 
 
 
REUTERS/Sergio Candia
 


Últimamente se registran en diferentes partes del mundo varios cataclismos ambientales.
 
El más reciente ocurrió en Nepal y la India, donde un devastador sismo se cobró la vida de centenares de personas. Según Dominique Bourg, experto en la protección del clima, la gente, al cambiar el medio ambiente cambia la vida de toda la humanidad.
 
 
REUTERS/Carlos Gutierrez
 

Durante una conferencia que brindó Dominique Bourg, filósofo francés, profesor de la Universidad de Lausana y experto en protección del clima, habló sobre el antropoceno, un nuevo periodo geológico también conocido como 'la edad del hombre', que se caracteriza por un aumento del dióxido de carbono.
 
En ese sentido, recordó que el antropoceno continúa y que "cada década estamos viendo algo nuevo

El más devastador terremoto en Nepal
en los últimos 80 años
twitter.com/salokya
 

En comparación con el momento de inicio de la llamada revolución industrial, ahora el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado en un 40%.
 
Así,
"si volvemos decenas de millones de años atrás, veremos que durante ese período no se produjeron cambios de mucha importancia, así como desde la década de 1830 hasta la actualidad.
 
Está claro que si a lo largo de millones de años no hubo muchos cambios, y de repente hay un cambio brusco, eso significa que en la Tierra está sucediendo algo colosal", afirmó.
Otro factor importante, de acuerdo con el experto, es el aumento de la masa de compuestos de nitrógeno y fósforo.
 
La concentración de compuestos nitrogenados es tres veces más alta que antes del comienzo de las actividades humanas, señaló y subrayó que eso sucede también en las regiones que están lejos de la actividad industrial humana.

En 2009 investigadores han advertido acerca del cruce de la frontera cualitativa climática, la de la biodiversidad y la del ciclo nitrógeno-fósforo y ahora, en 2015 advierten sobre el cruce de la frontera cualitativa del uso de los suelos (se trata sobre todo de la destrucción de los bosques).
"Es decir, los científicos trazaron determinadas 'líneas rojas' que nos permiten afirmar que hemos cruzado la frontera hacia una nueva era en la historia de la Tierra", subrayó Bourg.
REUTERS/Sergio Candia
 



 
 

del Sitio Web RT
 
 
 

Son muchos los que hablan de los riesgos que supone el calentamiento global, pero no todos los perciben como una amenaza real y tangible.
 
Sin embargo, para miles de habitantes de archipiélagos como Vanuatu, Kiribati o las Maldivas, las consecuencias de este proceso ya se dejan sentir. Año tras año, tienen que vivir con la idea de que pronto sus países se hundirán por completo.

Así, el nivel del mar en el Pacífico occidental está aumentando unas cuatro veces más rápido que el promedio mundial, contaminando las aguas subterráneas, envenenando las tierras cultivables y tragándose islotes que habían sido habitables.

Debido al calentamiento de los océanos, los ciclones tropicales y otros desastres naturales se están produciendo en la región con una intensidad inédita.

Los Gobiernos de los países amenazados culpan de la actual situación a la emisión irresponsable de gases de efecto invernadero de los grandes países y urgen a tomar medidas para frenar el calentamiento global. Al mismo tiempo, tienen que pensar en la futura evacuación de sus habitantes e incluso en comprar terrenos a los países vecinos.

Y las personas que huyen de sus países natales, condenados a hundirse, hacen pensar en el nacimiento de una nueva categoría de refugiados:
refugiados climáticos.
 
 

Kiribati
  

Kiribati, situado en el océano Pacífico, es uno de los primeros países que pueden desaparecer debido a la subida de las aguas.

La mayor parte del archipiélago se eleva tan solo dos o tres metros sobre el nivel del mar, y el agua alrededor de los 32 atolones de Kiribati está subiendo 1,2 centímetros por año - unas cuatro veces más rápido que el promedio mundial - debido al flujo de las corrientes oceánicas.
 
Algunos expertos opinan que para el año 2100 el país habrá desaparecido bajo las aguas.
 
Y es un pronóstico optimista:
algunos residentes creen incluso que el mar 'se tragará' sus hogares dentro de 20 o 30 años.
Ante esta amenaza, el Gobierno ya ha comprado 6.000 hectáreas de tierras en Fiyi, a 2.200 kilómetros al sur de Kiribati.
"Si no se hace nada, Kiribati se hundirá en el océano. Para 2030 empezaremos a desaparecer. Nuestra existencia terminará en etapas. Primero, las capas de agua dulce serán destruidas. Los árboles del pan, el taro... el agua salada los matará", afirmó en 2013 el presidente de Kiribati, Anote Tong, en declaraciones al semanario 'Businessweek'.

"Así que vamos a tener que evacuar las islas. Vamos a defender las islas cuanto podamos, pero no podemos protegerlas contra las tormentas. Tenemos un clima muy moderado aquí, pero si eso cambia, no sobreviviremos. Nosotros no hubiéramos sobrevivido al huracán Sandy. Hubiera terminado con nosotros", agregó.
En opinión de Anote Tong, los países con altos niveles de emisión de gases de efecto invernadero son los que tienen la culpa de la actual situación de su país.
"Yo entiendo las realidades de este mundo. Las personas se preocupan por lo que les afecta. No se preocupan por las cosas que no sienten. Pero mi ira no va a hacer que EE.UU. y China dejen de quemar carbón", lamentó el presidente.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU ha declarado que Kiribati está entre las seis naciones de las islas del Pacífico más vulnerables al calentamiento global.
 
Se trata de comunidades que se enfrentan a una seria amenaza de inundación permanente causada por la subida del nivel del mar.

Más del 60% de la población actual de Kiribati, mayoritariamente menor de 30 años, puede ser la última generación que viva en el país.
 
 
 
 
Maldivas
 

La pequeña nación isleña de Maldivas vive en uno de los lugares más hermosos del mundo y cada año atrae a miles de turistas.
 
Es además el país que se encuentra a menor altitud del mundo: 1,5 metros de promedio y una altura máxima de 2,3 metros.

Las perspectivas más pesimistas de la elevación del nivel del mar indican que unos 317.000 isleños tendrán que abandonar para siempre su hogar antes del fin de este siglo, dejando una cultura de unos 2.000 años de antigüedad bajo el agua.

Ya en 2009, los científicos reunidos en el Congreso Internacional sobre Cambio Climático en Copenhague llegaron a la conclusión de que el deshielo de las regiones árticas provocaría una subida del nivel del mar de hasta un metro de altura en este siglo.

Ante esta amenaza, el entonces presidente del país insular, Mohamen Nasheed, propuso ahorrar dos millones de dólares procedentes del turismo cada año para poder comprar un nuevo hogar a sus ciudadanos en caso de una eventual evacuación.

Como fruto de las preocupaciones del Gobierno por el cambio climático y la probable desaparición del país, así como de la firme apuesta por el turismo, nació la idea de la construcción de nuevas islas artificiales.

El proyecto, encargado a una empresa holandesa, salvaría a la población en el más que probable caso de la subida del nivel del mar, y además funcionaría como un gran complejo turístico de lujo, que incluiría el primer campo de golf flotante del mundo.

 

Vanuatu, devastado por desastres naturales
Por si pareciera poca la amenaza constante de la desaparición bajo el agua, los pequeños países insulares sufren frecuentes desastres naturales.

Así, el pasado mes de marzo (2015) fue uno de los más catastróficos en la historia de
Vanuatu (video abajo),un país insular del Pacífico considerado por las Naciones Unidas el más vulnerable ante los desastres naturales.
 
 
 
El ciclón Pam, catalogado como "uno de los peores en la historia del Pacífico", arrasó Vanuatu, causando numerosas víctimas y dañando por lo menos un 90% de los edificios de Port Vila, capital del país.

Según las estimaciones de las Naciones Unidas, el ciclón, con vientos de categoría 5 (hasta 270 kilómetros por hora), causó 24 muertos y dejó sin hogar a 3.300 personas.

El presidente del país, Baldwin Lonsdale, pidió ayuda a la comunidad internacional para "reconstruir todo" en Vanuatu y agregó que "las necesidades humanitarias son inmediatas".

Este domingo, el Ministerio de Emergencias ruso completó la operación de ayuda al pueblo de Vanuatu afectado por el ciclón tropical.
 
Dos aviones IL-76 entregaron al archipiélago del Pacífico más de 60 toneladas de alimentos y otros productos de primera necesidad, según la Web del Ministerio.
 
 
 

Tuvalu
 



Tuvalu es el segundo país con altitud máxima más baja después de las Maldivas, y otro ejemplo de la gran paradoja del cambio climático:
las naciones que menos contaminación generan son las que más sufren sus consecuencias.
Por esa razón entre las principales prioridades internacionales para Vanuatu está la toma de conciencia del calentamiento global y la subida del nivel del mar.
 
No es de extrañar, por lo tanto, que el país sea un firme defensor de la ratificación y aplicación del Protocolo de Kioto.

Tuvalu, ubicado en el océano Pacífico cerca de Kiribati, Samoa y Fiyi, consta de cuatro arrecifes de coral y cinco atolones, y su población es de poco más de 11.000 personas.

Casi el 45% de sus habitantes tuvieron que desplazarse por el ciclón Pam, según informó el primer ministro del país, Enele Sopoaga.
 
Y en 1997, tres ciclones arrasaron casi el 7% de la masa terrestre del país, según estimaciones de la ONU.
"La mayoría de los habitantes de Tuvalu tiene el concepto de que un día Tuvalu se irá bajo el agua", cita 'Bloomberg' a Afa'ese Manoa, activista que dejó Tuvalu en 1989 y ahora vive en Auckland, Nueva Zelanda.


 
 
 

Entre otros muchos...
Tuvalu, Vanuatu, Kiribati son solo algunos de los países insulares que se enfrentan a la amenaza de la desaparición por culpa del calentamiento global.

Preocupados por los desafíos comunes, los pequeños países insulares y costeros de baja altitud crearon en 1990 la Alianza de Pequeños Estados Insulares (
AOSIS, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo principal es consolidar las voces que alertan de los riesgos del cambio climático.
 
En la actualidad, la coalición consta de 39 Estados miembros y cinco observadores.
 


 
 
 

De los fenómenos climáticos a los problemas demográficos
Los desastres naturales que sufren las pequeñas islas provocan serios desafíos demográficos.

A menudo, los habitantes de estos países se ven obligados a abandonar sus hogares y trasladarse a islas mayores, lo cual, a su vez, conlleva una mayor competencia por los puestos de trabajo y una mayor carga en la infraestructura. Las grandes ciudades sufren escasez de agua potable, exceso de residuos y superpoblación.

Así, la densidad de población de la capital de Kiribati, Tarawa, es comparable a la densidad de población de Londres: alrededor de cinco mil personas por kilómetro cuadrado.

Muchos representantes de las naciones del Pacífico desean mudarse al continente - Australia o Nueva Zelanda - pero no siempre son bienvenidos, ya que legalmente el estatus de 'refugiado por razones climáticas' no existe.

Mientras tanto, el problema se vuelve cada vez más visible.
 
John Campbell, geógrafo de la Universidad de Waikato, Nueva Zelanda, calcula que hasta 1,7 millones de personas en la región del Pacífico podrían convertirse en refugiados por el cambio climático para 2050.
 
La Organización Internacional para las Migraciones sitúa la cifra global en alrededor de 200 millones, según 'Bloomberg'.

Nueva Zelanda ya es el hogar de una de las mayores comunidades de las islas del Pacífico, que representa el 7% de la población total del país. En Auckland, donde los supermercados venden alimentos insulares como el taro y el árbol del pan, uno de cada cinco ciudadanos será de ascendencia del Pacífico para 2043, según las previsiones del concejo municipal.
 
Por su parte, Australia es el mayor donante de ayuda y socio comercial de la región.

 
 
 
Refugiados climáticos, ¿la futura realidad social?
 
 
 

Aunque por el momento el estatus de 'refugiado por razones climáticas' no existe, en el futuro esta situación podría cambiar, ya que algunos isleños están dispuestos a 'pelear' por este derecho hasta en los tribunales internacionales.

Así, en octubre de 2013 el kiribatiano Ioane Teitiota pidió asilo climático en Nueva Zelanda.
 
Trató de convencer a las autoridades neozelandesas de que su país se muere, se ahoga, y temía por el futuro de sus hijos.
"Me preocupa nuestro futuro, nuestros hijos", sostiene Teitiota. La gente en Kiribati "está preocupada por su vida", agrega.
Si se hubiera aceptado su petición, Teitiota se habría convertido en el primer refugiado climático del mundo.
 
Pero el Tribunal de Inmigración de Nueva Zelanda desestimó su solicitud con la siguiente explicación:
"En realidad, toda la población de Kiribati se ve obligada a hacer frente a la degradación del medio ambiente".
Después, la reclamación de Teitiota fue rechazada por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Apelación.
 
Sin embargo, el hombre dice que no se va a quedar de brazos cruzados, y su abogado está preparado para llevar su caso al Comité de Derechos Humanos de la ONU, si los demás medios fallan.

Durante los últimos 20 años, Nueva Zelanda y Australia han rechazado al menos 17 solicitudes de ciudadanos de las islas del Pacífico que pedían la condición de refugiados por el cambio climático.

Si bien ninguna petición ha tenido éxito de momento, el tema del cambio climático ocupó un lugar destacado en un proceso del año pasado en el que una familia de Tuvalu logró apelar su deportación de Nueva Zelanda por razones humanitarias.

A pesar de que la motivación principal de la decisión fue que la mayor parte de los parientes de la unidad familiar vivían en Nueva Zelanda, el impacto del cambio climático en la capacidad de la familia para llevar una "vida segura y satisfactoria" en Tuvalu también ocupó un lugar destacado, sobre todo en lo relacionado con los dos niños pequeños del núcleo familiar.

Fue posiblemente el primer proceso en el que el argumento del cambio climático pesó a favor del demandante de asilo. Su'a William Sio, portavoz del Partido Laborista de Nueva Zelanda sobre Asuntos del Pacífico, se mudó desde Samoa cuando era niño.
 
Dice que los electores plantean con frecuencia el tema del desplazamiento por el cambio climático.
"Esto es real, está sucediendo ahora", manifiesta Sio.
 
 

 
"Esto es real, está sucediendo ahora"
 

 
NOTA:
En la elaboración del material se han utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters, APTN, Iván Sérbinov y el usuario de flickr.com Mrlins.

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