AMBIO CLIMATICO O GUERRA GEOFISICA? I
”…Otros se están dedicando incluso a un tipo de terrorismo ecológico que puede
alterar el clima, generar terremotos, activar volcanes a distancia
mediante el uso de ondas electromagnéticas…
Es decir, hay muchas mentes ingeniosas allá afuera
trabajando en la búsqueda de medios para causar terror a otras naciones…
Es real, y es la razón por la cual tenemos que intensificar nuestros esfuerzos “.
Abril 1997
EL PROYECTO HAARP
Podría parecer un invento “más” de la ciencia ficción, sin embargo, existe. Incluso en sus instalaciones hay días de puertas abiertas al público tratando de hacer gala de una transparencia que, a todas luces, parece más que dudosa.
Comenzaremos por el principio para quienes nunca hayáis leído sobre este tema. La mayoría.
Partamos de la base de que las técnicas de modificación artificial del clima existen, aunque el debate de este asunto parece un tabú científico. Muestra de ello son las compañías especializadas en esto con unos u otros fines.
- Sembrando las nubes -
Como muestra, Weather Modification Inc., Tecnologías de Gestión de los Recursos Atmosféricos del siglo XXI. Que ofrece una amplia gama de servicios: programas de aumento de lluvias, de nieve, mitigación de daños ocasionados por granizo, disipación de niebla o transferencia de asistencia técnica y/o tecnológica para la consecución de estos fines.
Hay también precedentes de utilización de este tipo de tecnologías con fines militares, por ejemplo, durante la guerra de Vietnam, en 1967 con el Proyecto Popeye, cuyo objetivo era prolongar la estación del monzón y bloquear rutas de suministro del enemigo –como explica el economista canadiense Chossudovsky.
Incluso ya en 1958, el capitán T. Orville (consejero principal de la Casa Blanca y encargado de los estudios sobre cambio climático) admitió que el Departamento de Defensa estaba investigando “métodos para manipular las cargas de la Tierra y el cielo con la intención de producir cambios en el clima” por medio de un haz electrónico que ionizaría o desionizaría la atmósferea sobre una zona determinada.
En 1966, el profesor Gordon Mac Donald (miembro del comité científico del presidente) realizaría un comentario preocupante: “La clave de la guerra geofísica está en identificar la inestabilidad ambiental que, sumada a una pequeña cantidad de energía, liberaría cantidades ingentes de la misma “.
Y en su libro futurista “A menos que la paz llegue“, Mac Donald incluiría un capítulo titulado “Cómo destrozar el medio ambiente“, en el que describe los usos de la manipulación climática, modificación del clima, desestabilización o derretimiento de los casquetes polares, técnicas para reducir el ozono, ingeniería de terremotos, control de las olas oceánicas y manipulación de las ondas cerebrales desde campos energéticos terrestres. Decía que este tipo de arma iba a ser desarrollada y una vez puesta en marcha, sería prácticamente imposible de ser detectada por sus víctimas.
¿Se estaría refiriendo ya al Proyecto HAARP?
Ciertamente, todos estos acontecimientos climáticos nos suenan terriblemente actuales. No tenemos más que mirar la prensa de los últimos diez años.
Marc Filterman, ex oficial militar francés, esboza varios tipos de “armas no convencionales” que utilizan frecuencias radiales. Se refiere a “la guerra climática“, e indica que los Estados Unidos y la Unión Soviética ya habían acumulado los conocimientos especializados necesarios para desencadenar repentinos cambios climáticos (huracanes, sequías) a principios del decenio de 1980. (Intelligence Newsletter, 16 de diciembre de 1999)
¿QUÉ ES EL PROYECTO HAARP?
HAARP son las siglas de High Frequency Active Auroral Research Program (Programa de Investigación de Aurora Activa por Alta Frecuencia).
Según la web oficial de este Proyecto, HAARP se define como “primera herramienta para el estudio de la física ionosférica y la radio-ciencia“.
El objetivo de este programa -siempre según lo especificado en su web oficial- es avanzar en el conocimiento de las propiedades físicas y eléctricas de la ionosfera terrestre que pueden afectar a nuestras comunicaciones y sistemas de navegación civiles y militares.
Según la versión oficial, las posibilidades del sistema HAARP son muchas. Por ejemplo, dotar a los militares de una herramienta capaz de sustituir el efecto del impulso electromagnético de las bombas nucleares explosionadas en la atmósfera. Asimismo, contribuiría a reemplazar el sistema de comunicaciones con submarinos de muy baja frecuencia por una tecnología más eficaz, a crear un nuevo sistema de radar “más allá del horizonte“, o a eliminar las comunicaciones en un área muy extensa sin afectar a las de los propios interesados. También puede hacer una suerte de tomografía del subsuelo en busca de petróleo u otros minerales, para lo cual el Congreso le ha asignado un jugoso presupuesto.
El HAARP sería también (siempre según la versión oficial) una herramienta eficaz de disuasión.
Su construcción fue financiada por la Fuerza Aérea de EE.UU., la Armada de EE.UU., y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada el brazo tecnológico del Pentágono (DARPA).
HAARP fue desarrollado como parte de una cooperación anglo-estadounidense entre Raytheon Corporation, que posee las patentes de HAARP, la Fuerza Aérea de EE.UU. y British Aerospace Systems (BAES). Con la participación principal de la Universidad de Alaska. Catorce otras universidades e instituciones educativas han participado en el desarrollo del proyecto y de sus instrumentos, a saber, la Universidad de Alaska, Penn State University (ARL), Boston College, UCLA, Clemson University, Dartmouth College, Universidad de Cornell, Johns Hopkins University, Universidad de Maryland, College Park, Universidad de Massachusetts, MIT, Universidad Politécnica, la Universidad de Stanford y la Universidad de Tulsa. (fuente)
Según el profesor Chossudovsky en su artículo “Guerra del clima: Atención a los experimentos militares de EE.UU.” , British Aerospace Systems, en septiembre de 2007, recibió el máximo galardón de DARPA por logros técnicos en el diseño, construcción y activación del sistema de antenas de HAARP.
Dime quién te galardona… y te diré quién eres.
El programa es operado conjuntamente por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y la Oficina Naval de Investigación.
“Tanta preocupación militar por una investigación de ciencia básica
no deja de despertar sospechas ”
Efectivamente.
La modificación del clima, según el documento de la Fuerza Aérea de EE.UU. AF 2025 Informe Final, ‘ofrece al combatiente en la guerra una amplia gama de posibles opciones para derrotar o coercer a un adversario;’ sus capacidades, dice, se extienden a la provocación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos.
El programa está operativo desde principio de los 90 y la Estación de Investigación HAARP está localizada a, aproximadamente, 8 millas al norte de Gakkona, Alaska.
Las coordenadas geográficas son:
62 grados 23.5 min. Norte
145 grados 8.8 min. Oeste
El Proyecto HAARP parte de la idea originaria de Tesla: poder transmitir potentes ondas electromagnéticas que se puedan reflejar en la ionosfera y, así, alcanzar grandes distancias.
HAARP es un emisor de ondas electromagnéticas que “bombardea” la atmósfera con ondas de radio usando un equipo de transmisión de alta frecuencia (HF) y un conjunto de 180 antenas.
En un artículo de José Tous Borrás en meteored.com –de fecha anterior a 2003-, se dice que “se preveé que en Groenlandia y Noruega se instalen o se hayan instalado ya nuevas antenas dentro del proyecto HAARP. En otras islas del Pacífico se supone que se han instalado otras tantas antenas del proyecto HAARP”.
Está concebido para funcionar en frecuencias entre 2,5 a 7 Mhz. El informático y radioaficionado Guillermo León, “cazó” las señales en 6.965 Mhz.
Este bombardeo provoca fluctuaciones en la ionosfera que la convierten en emisora de frecuencias muy bajas, entre 40 hertzios y una millonésima de hertzio. (Según un resumen del dossier compuesto por el ingeniero del GRIP –Grupo de Investigación e Información sobre la Paz y la Seguridad- Luc Mampaey).
Son doce las patentes que forman la médula espinal del proyecto HAARP. Una de ellas, la número 4.686.605, del físico tejano Bernard Eastlund, hace referencia a un “método y un equipo para cambiar una región de la atmósfera, ionosfera y/o magnetosfera“. Según el propio Eastlund, el suyo es “el mayor calefactor ionosférica jamás construido” y asegura que “su invento podría también controlar el clima”.
Esta información estuvo clasificada por orden expresa del gobierno durante todo un año. El calentador ionosférico de Eastlund es diferente a otros conocidos hasta la fecha: la radiación de radiofrecuencias (RF) se concentra y enfoca en un punto de la ionosfera, consiguiendo proyectar una cantidad de energía sin precedentes, que puede alcanzar hasta los 10 Gigavatios !!!
Las microondas, según las variaciones de su intensidad, pueden tener diversos efectos biológicos. Microondas de alta intensidad causan un efecto térmico (en grandes masas de agua -por ejemplo-, o en cualquier objeto o ser vivo que contenga este elemento) que destruye las células vivas.
Microondas de intensidad media, causan el efecto no-térmico, que perturba la comunicación intercelular y neuronal. El estar expuesto a microondas de intensidad baja por larga duración, cusa “electro-estrés”, es decir, propensión a enfermedades inmunológicas y cancerígenas. Entre los efectos no-térmicos de las microondas figuran: alteración del ritmo cardíaco, cansancio rápido, perturbación del sueño nocturno, sudoració elevada, sensación de vértigo, nerviosidad extrema, hormigueo en extremidades, perturbaciones generales del sistema nervioso vegetativo y de la función de los nervios cerebrales.
- Espectro de radiación electromagnética -
El sistema HAARP, que –dicen- ya estaría funcionando a pleno, ha despertado preocupación en muy diversos sectores, tanto del sector científico como en el político.
CONSECUENCIAS SEGÚN LOS CIENTIFICOS
Chossudovsky, en 2005, afirmaba que pruebas científicas recientes revelaban que el HAARP estaba en total funcionamiento y tenía la capacidad de provocar posibles inundaciones, sequías, huracanes y terremotos.
Consideraba que “desde el punto de vista militar, es un arma de destrucción masiva que, potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras de una manera selectiva”.
“Sin duda, de todos los contaminantes que hemos sabido arrojar a la atmósfera en los últimos dos siglos, los menos publicitados son ciertas radiaciones electromagnéticas a las que algunos hacen responsables de las perturbaciones climáticas. La fuente más sospechosa de esas radiaciones se encuentra en Alaska y forma parte de un proyecto militar estadounidense. Se la conoce con la sigla HAARP“, según Pablo Capanna, en Rebelion.
“El calentamiento global de la atmósfera, que hasta hace poco tiempo sólo preocupaba a los meteorólogos, ha comenzado a ocupar la primera plana de los diarios después de una secuencia poco usual de catástrofes ambientales, como el tsunami asiático, el huracán Katrina y las bruscas fluctuaciones climáticas que recientemente se han venido registrando”.
Los científicos tampoco descartan posibles alteraciones en placas tectónicas, es decir, la posibilidad de causar movimientos sísmicos.
Esta investigación de carácter deliberadamente militar, podría tener consecuencias nefastas. Podría ser dirigida contra países enemigos o incluso contra países aliados sin su conocimiento para desestabilizar economías, ecosistemas, agricultura e incluso tendencia política.
Algunos científicos afirman que “los militares al mando de este programa bien podrían poner de rodillas la economía completa de un país en pocos años y nadie comprendería nada”.
A menudo, nos preguntamos qué tipo de pecado han cometido regiones enteras que, no sólo han de afrontar una teórica pobreza extrema, sino también la lucha contra elementos climáticos apocalípticos. A nadie en su sano juicio y con la información que nos dosifican, se le ocurriría pensar que dicha plaga meteorológica pueda ser deliberadamente provocada.
Sin embargo, y a juzgar por lo que varios científicos aseguran, esto es más que probable, y no sólo eso, sino que afirman que HAARP puede ser tan sólo la punta del iceberg.
El científico Nicholas Begich y la periodista Jeanne Manning, según el libro “Angels don’t play this haarp”, 1995 (“Los ángeles no tocan esta haarpa”), están convencidos de que a través de este proyecto, se estarían enviando haces de ondas electromagnéticas hacia la ionosfera que estarían contribuyendo a su calentamiento.
Afirman que “la enorme diferencia de potencial generada podría cambiar e incluso desplazar la ionosfera, provocando un caos total en las comunicaciones de la tierra. Así como destruir misiles o aviones, cambiar las condiciones atmosféricas al modificar la absorción de los rayos solares y aumentar las concentraciones de ozono, nitrógeno e incluso afectar negativamente al cerebro”.
- Beguich -
En este sentido, Beguich afirma que “existe un informe sobre el desarrollo de un sistema capaz de manipular y trastornar los procesos mentales humanos mediante la radiación de frecuencias de radio sobre extensas zonas geográficas”.
Luc Mampaey, ingeniero comercial asociado a GRIP (Grupo de Investigación sobre la Paz y la Seguridad) afirma que “los seres vivos son especialmente sensibles a las altas frecuencias moduladas en muy baja frecuencia ya que las moléculas ultra-largas como el ADN y el ARN que contienen, se decodifican en estas bajas frecuencias y resuenan”. Y continúa: “hay decenas de investigadores que dicen que el ADN es 400 veces más absorbente que el agua para estos efectos”. Algunas consecuencias: “mutaciones genéticas imprevistas que concernirían eventualmente a algunos virus” o “enfermedades que afectarían al sistema de orientación de los cetáceos o las aves migratorias”.
La doctora en Física, Elizabeth Rauscher, explica sobre el programa que se trata de “bombear tremendas energías en un sistema molecular de muy delicada configuración –la ionosfera– exponiéndola a reacciones catalíticas y efectos no lineales. Al focalizar las radiaciones con una suerte de ‘acupuntura’ atmosférica, la rotación de la Tierra podría causar no ya un agujero en la capa de ozono sino una verdadera incisión. Pero el hecho es que la ionosfera todavía nos pertenece a todos“.
- Rosalie Bertell -
De la misma opinión es la doctora canadiense, Rosalie Bertell (Doctora en Biometría por la Universidad Católica de América de Washington y Presidenta del Instituto Internacional de Asuntos de Salud Pública) reconocida mundialmente, confirma que los científicos militares estadounidenses están utilizando los sistemas climáticos como un arma potencial. Los métodos incluyen el aumento de la intensidad de las tormentas y la desviación de ríos de vapor en la atmósfera del planeta con el objetivo de provocar sequías o inundaciones. Bertell entiende que los calentadores ionosféricos modifican el campo magnético del planeta. (The Times, Londres, 23 de noviembre de 2000)
Esta científica que investiga los efectos de las guerras en el medio-ambiente, es de la opinión que una perturbación intensa de la ionosfera puede tener como resultado la liberación de enormes masas de electrones libres, las denominadas « lluvias de electrones », que podrían provocar el cambio del potencial de los polos eléctricos y el consiguiente cambio de los polos magnéticos de la Tierra.
Si el HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético de la Tierra, ¿qué otras consecuencias podría tener el uso de este programa?
- Rosalie Bertell -
Sobre PROYECTOS QUE PRECEDIERON AL HAARP, puede leerse un detallado artículo de Rosalie Bertell en el que trata proyectos como el Proyecto Argus (1958 ), Proyecto Starfish (1962), SPS: Solar Power Satellite Project (1968 ), Saturn V Rocket (1975), SPS Military Implications (1978 ) , Orbit Maneuvering System (1981), Innovative Shuttle Experiments (1985) , Mighty Oaks (1986), Desert Storm (1991) , High Frequency Active Auroral Research
Program HAARP (1993) , Poker Flat Rocket Launch (1968 to Present).
Program HAARP (1993) , Poker Flat Rocket Launch (1968 to Present).
Según esta investigadora, el HAARP “se relaciona con cincuenta años de programas intensos y crecientemente destructivos para comprender y controlar la atmósfera superior. Sería precipitado no asociar HAARP con la construcción del laboratorio espacial que está siendo planeado separadamente por los Estados Unidos. HAARP es parte integral de una larga historia de investigación y desarrollo espacial de naturaleza militar deliberada. Las implicaciones militares de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de la combinación HAARP/Spacelab/cohete espacial de producir cantidades muy grandes de energía, comparable a una bomba atómica, en cualquier parte de la tierra por medio de haces de láser y partículas, es aterradora. El proyecto será probablemente “vendido” al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los más ingenuos, como un sistema para reparar la capa de ozono”.
La preocupación que está generando este programa militar está calando más allá de los ámbitos científico y medioambiental. El HAARP tiene la capacidad de “dañar la mente de poblaciones enteras, utilizando ondas de muy baja frecuencia“, según la Duma (parlamento) rusa. Y no sólo eso, también según un informe de la Duma, “EE.UU planifica realizar experimentos a gran escala bajo el programa HAARP y crear armas capaces de romper las líneas de comunicaciones o radio y equipos instalados sobre naves espaciales y cohetes, provocar serios accidentes en las redes eléctricas y en óleo y gasoductos”.
Parece ser que tampoco Rusia está libre de pecado pues sería propietaria de un calentador ionosférico tan potente como el HAARP, llamado Sura. Localizado en Rusia central, a unos 150 kms de la ciudad de Nizhny Novgorod.
¿ESTAMOS ANTE EL APOCALIPTICO CAMBIO CLIMATICO
QUE REZA EL PREDICADOR AL GORE
O ANTE UNA GUERRA DELIBERADA Y SILENCIOSA
DE ACCIÓN GLOBAL?
No hay comentarios:
Publicar un comentario